viernes, 18 de noviembre de 2011

El Estudio

Todos hemos sentido la curiosidad de llevar nuestras emociones a otro nivel, peor aún más cuando eres joven y no sabes cuál es tu lugar en el mundo. Donde crees que las películas son una copia exacta de la vida real y al final pase lo que pase tendrás un final feliz. Cuando eres nuevo en un lugar y empiezas a encajar, pero sientes que James Dean es un icono de la rebeldía juvenil. Buscas cada callejón donde meter tu cabeza, y nariz, para sentirte parte del oscuro mundo donde todos temen observar, así eres un punto negro dentro de un cielo blanco. Te das cuenta que cada pisada te enamora y es como si el susurro denso y extraño de lo prohibido, te llena de caricias y besos, abrazándote cada vez más, para que sigas adentrándote a ese callejón que solo tiene 2salidas. Ves que no estás solo, hay personas que al igual que en todos lados son buenas o malas, pero a diferencia del mundo común y corriente, todos son sinceros con lo que son, quieren y necesitan. Porque seamos honestos, la vida es un teatro en los que todos tenemos diversos papeles, que usamos en ocasiones establecidas. El hijo, el hermano, el estudiante, el enamorado, el profesional. Aun recuerdo ese callejón, muy parecido al fondo de este blog solo que más oscuro, ahora sé porque cuando apago la luz de noche, puedo seguir viendo con claridad mi habitación. Estaban ellos, los que te seguían y miraban como si fueras algún tipo de terrateniente, solo porque manejabas a los demás para que las cosas se hagan de tal forma que la verdad sea solo un rumor, un chisme con muy pocas pruebas para probarlo. La verdad esa sensación es embriagante, y aun hoy la sigo buscando. También estaban ellos, los mosqueteros, Portos y Aramis, aquellos que mataban por ti, tan o más como tú lo harías por ellos, aunque dentro del mundo real eran solo holas y chaus, en el callejón era una amistad como nunca otra tuve. Rara, peligrosa, saludablemente no recomendable, pero una vez más sincera. Pero de ellos hablare en otra ocasión. Y al final del túnel, junto a esa salida que nadie quiere tomar, pero la observa como una opción altamente accesible. Ella, la artista, Jani. Aun recuerdo el estudio, cuadros por todos lados, un calentador de agua, una radio y un sillón. El olor a pintura y a arte, nunca hizo nada más que mirarnos encender esos relajantes cigarrillos, dentro de este mundo era la única que usaba mascara, no era real con nosotros. Siempre con un muro de piedra que la defendía de contacto con los demás, muro donde yo descubrí una ventana. Cuando vi atreves de ella, fue impactante, entendía porque ella escapo de la realidad y porque aun aquí no quería ser sincera. Era como ver una habitación pintada de negro, con el piso blanco, llena de pastillas y pequeñas manos en las paredes. El techo tenia ojos, miradas de gente que la juzgaba. Pasamos horas en mi habitación, yo tratando de sacarla del callejón, ella aferrándose a esa salida. Nunca logre nada, solo escucharla y por primera vez sentía como ese dragón que hay dentro mío, quería salir. Quería demostrarle que no estaba sola y que podía hacerme cargo de todo ese miedo que ella tenía, de ese pasado del cual quería huir y lo único que lograba era aparentar olvidarlo. Muchas veces ella fue el ancla de los mosqueteros, nos llevaba a la razón y nos hacía ver que tenias muchas más decisiones por tomar, aun después que fue destituida del colegio, seguía ahí, junto a nosotros. Me gustaba hablar con ella, verla y hacerla reír. Si me preguntarían si me enamore, la respuesta seria no, fue algo así como una amistad grande, que no llega a ser amor. Como lo sé, porque me fue muy fácil decirle adiós, actitud por la cual no me siento orgulloso. Ella me dio una foto, la última donde ella fue real, decía. Tenía 5 años, vestido blanco parada en un jardín con un pequeño murito donde se sentaba, escribo en la parte de atrás una frase que no recuerdo. Esa foto estaba en mi billetera cuando fui robado en una combi, regresando de la universidad. Había pasado 1 años desde que deje de verla. Me di cuenta que me estaba volviendo algo que no era, algo que no quería ser, pero no entiendan mal, no quería serlo ante los ojos de los demás, tenía que aparentar ser el chico que todos pensaban era, no logre equilibrar mis dos vidas. Cuando no pude mas, me fui, los deje y la abandone. Aprendí que puedes olvidar si no ves, rasgo que aun uso. Pero cada año, en el verano, espero que aun siga ahí, y no haya tomado esa salida. Que no se haya arrojado a esa pintura de fuego que estaba sobre el mueble de su estudio. No recuerdo a nadie más durante esa época, solo a ellos, más a Jani. Pero tuve que salir, tome la otra salida, seguí adelante, ahí estuve en el medio de ambas realidades, jugando a ser el chico bueno, mientras que me embriagaba en la oscuridad de mi propio callejón.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Innolvidablemente eterno

A veces cuando creces tienes personas que te ayudan a formar lo que terminas siendo como ser humano, claro que cuando escuchas sus consejos para ti no son más que reproches, y terminas pidiendo por favor que no te molesten.

La diferencia de edades es más que una cantidad de 2 dígitos, es experiencia aunque nos puede parecer obsoleta, importante para poder tomar decisiones en nuestro camino. Aun hoy, esas habitaciones tienen ese olor, esa sensación de paz y tranquilidad que se formaba cuando estaba ahí, ya sea en su sitio favorito en la esquina de la mesa, o frente al televisor donde a su izquierda siempre guardaba algún dulce.

A pesar que ha pasado una cantidad considerable de años, no dejo de recordar cada momento, su olor y su mirada. Pero no tengo en mi mente la última palabra que me dijo, o cuando fue la última vez que estuvimos juntos, no suelo hablar de eso, siempre trato de obviar situaciones que me lleven a sentir el salado de mis ojos.

Esa frase que te dicen, “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” es muy cierta, pero aun así lo supieras, el tiempo que compartes siempre es demasiado corto. Lo peor de todo es que momentos tan importantes de mi vida, no pude compartirlo, solo tuve que rogar que entre esa multitud estuviera ahí, mirándome, como siempre y a pesar de todo con orgullo.

Ahí momentos que no recuerdo, pero comprendo, añoro y hasta extraño cada vez que veo las fotos gastadas y viejas, aun hoy el parquet de esa casa sigue viéndose igual, los muebles y ese cuadro raro de la sala es el mismo. Y con todo esos detalles, forman parte del como una persona, marco mi vida de tal manera que no puedo controlar esas glándulas que sigo proclamando no tener en funcionamiento.

No sé que día se fue, solo sé que ese día llore. Daria mucho de mí, por alguna vez mas, solo tener una oportunidad de levantarme en la madruga, al escucharla llamarme para levantarla y ponerle sus zapatos; por llevarla a la mesa para almorzar o ponerle su pijama. Aun hoy sigo llorándola, aun hoy cuando escribo estas líneas, no puedo controlar mis ojos.

Solo me queda decirle, porque sé que lo va a leer:

“Sé que estuviste ahí, se que te decepcione en esa etapa, se que el día mas feliz de mi vida me veías sonriente, y el día que tenga un hijo, tu lo vas a hacer dormir. Aun hoy no puedo olvidarte, quiero que sepas, eres lo mejor de vida aun hoy que no estás aquí, si no fuera por ti no hubiera salido adelante cuando tuve que ser yo. Te quiero y nunca lo dejare de hacer Mama Ofelia.”

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Aventuras de un Loco, un Lobo y Un Muerto. "El Hola"

Recuerdan cuando lo único que importaba era levantarse e ir a estudiar, bueno cuando tienes 20, crees que es lo más duro que puedes hacer, 10 años después te das cuenta que eras un vago. Aun así ese día la emoción era más grande que el sueño, a pesar que ni mis padres estuvieron ahí, me levante bien temprano y me dirigí a probar que el ver mis cuadernos desordenados, el no hacer nada en clase, y emborracharme los fines de semana; tendría su fruto.
Recuerdo clarito lo primero que oí, “solo lápiz Nº 2”, entre buscando a mis amigos que conmigo ese mismo día se levantaron temprano para ir a la avenida Javier Prado s/n en Monterrico, pero al girar un par de veces mi cabeza, solo vi muchos chicos como yo, con cara de miedo y desesperación. A pesar que los siguientes 3 años me la pasaría de arriba y abajo con esos 2, ese día ni los vi, o si lo hice no me acuerdo.

No me voy a pasar contando de que vino el examen, aunque quisiera no me acuerdo. Lo importante es que ese día mas tarde, fui a ver los resultado, ¿con quién?, bueno con ese ratón que a pesar de no compartir salones, ni colegio, era un gran amigo. Para mi gran sorpresa, vi mi nombre en esa lista; claro con la pequeña diferencia que tenía que llevar en la PRE el curso de matemática, más bien Razonamiento Matemático, para ese entonces comprensible. Yo era más de letras, hoy la irónica vida me llevo a ser un Financiero.

Bueno, ese día, antes de las 4 cajas de cerveza de celebración, creo y estoy casi seguro que vi a ese loco de m, viendo la misma lista que yo.

Tres meses después, llegue a ese local al final de la avenida Constructores, no conocía a nadie y me nivel de relacionamiento era tan bueno como un perro cazando a un ratón. El primer día, nada, la carpeta del fondo a la derecha, cerca de la puerta. Día dos, nada; así una semana para luego, mi fino olfato me llevo a contactar a ese chico que cuyo nombre no tengo en la cabeza, un surferito de esos que les gustaba preparar sus propios cigarros. Lo curioso es que junto a él estaba un Lobo, y llegaba detrás de ellos un Loco, que luego supe que era un Loco de M.

Un parque por ahí cerca fue el encuentro, recuerdo que ese Loco empezó a contar que le gustaba la peleas de Pitbulls, en mi cabeza pensé que eso era lo más horrible que había escuchado. Aun así, asertivamente me mantuve en la conversación, ese día fue el día 1 de toda mi vida universitaria. Junto a ese Lobo, al Loco de M. y a ese chato que conocí luego.

Como te llevan las decisiones a encontrarte con esas personas que marcarían tu vida, y que serían parte importante de lo que llegaras a ser luego, si me hubiera quedado con esos 5 chicos del colegio, hoy sería otro, quizás el mismo idiota. Quizás y cada día que pasa, a pesar que deje de ver a esos 2, o 3 o quizás más de 5 chicos del mismo colegio religioso, al que un día mi madre pensó ponerme, fueron los amigos más sinceros que tuve.

Tendría que escribir toda la noche para contarles muchas cosas que hicimos en ese local de Mayorazgo, como nuestro intento fallido de inundar el baño del último piso, el día de lanzamiento de mochilas, etc. Lo más importante fue durante esos meses, el “yo” colegial empezó a morir, ellos lo fueron matando, esos San Agustinos. Lo más gracioso de todo es que cuando lo lograron, en vez de revivirme como una persona completamente nueva, me mantuvieron así. Simplemente como un muerto viviente, un “Muerto Fresh”.

martes, 16 de agosto de 2011

Perdido en calles conocidas

Alguna vez han tenido fiebre al nivel de no reconocer si uno está despierto o continua dormido, como si estuviéramos en una dimensión donde las cosas no tienen ni comienzo ni final. Algo así como cuando estas pasado de copas y tus reacciones son más lentas de lo normal, pero no tienes sensación de haber realizado nada.

Bueno, algo así fue ese día, claro sin alcohol ni fiebre, solo el desconcierto de no saber por qué las cosas no salieron como la planificamos ese día mas temprano en la ducha, mientras revisábamos cada palabra que se debía decir esa noche.

Todo empezó en alguna casa cercana al lugar de destino, muchas cajetillas de Malboro Rojo, una maquina de cortar pelo, encendedores calientes. Como es costumbre, tuve que comentar mis planes de esa noche, como respuesta obtuve apoyo, consejos y esa marca que aun puedo ver en mi mano derecha.

Debí cerrar mi mente y quedarme con mi pensamiento y conjeturas para mí solo, pero mi naturaleza es un tanto diferente, como si tuviera una catapulta cada vez que tengo algo dentro de mí que libera la cuerda que la sostiene, para que salga disparado por mi boca todas mis ideas. A veces deberíamos aprender a respirar y mantener para nosotros mismos algunos secretos, actitud que aprendí con los años. Pero que aun muy poco controlo, para muestra un botón, este Blog.

Un poco más tarde ese día, ya en casa me prepare para salir, mientras entraba a la ducha, redactaba cada palabra, como si fuese un dialogo de una película con miles de situaciones y respuestas. Y en cada final, me daba una frase de valor y de coraje, ahí con el agua caliente o fría, no recuerdo ese detalle, temblaba de emoción, mezclado con una pizca de desesperación y mucha sazón de miedo. Si me preguntaran que te pusiste, la verdad no recuerdo, pero si se que tenía en los bolsillos, cajetilla de 20 Marlboro Rojo, encendedor Zippo, billetera verde con negro Quicksilver, mis llaves y un caramelo de limón que extrañamente encontré en el baño ese día.

El camino de mi casa al destino final no era más de 15 minutos, llegue primero al punto de encuentro, como siempre unos tragos mas y se acabaron los cigarros, me dirigí a comprar más. Acompañado del puñal que ese día me mostro su lado más filoso. El encuentro grupal fue como siempre, en ese momento en mi mente no pasaba ni por juego hacer algo ilegal, pero ahora que lo veo desde otro tiempo, es como que la oportunidad siempre estuvo ahí, detrás del muro esperando el momento ideal para salir y mostrarse como una opción en mi vida. Porque digo esto, porque en vez de pegarme al plan inicial que tenia, me aleje y hice lo mejor y peor que hago, me esfuerzo al máximo para que todos me vean.

Cuando después de muchos cigarros mas, reaccione y me dirigí completamente decidió a hacer lo único que vine a hacer, para darme con la sorpresa que mi sombra me susurra al oído esa frase, "¿Que estabas haciendo?" Bueno tenía como 5 respuestas lógicas y unas 8 que ni yo podía explicar, pero lo más gracioso fue cuando por motivos que desconozco, voltee a la dirección equivocada y vi lo que no debí ver. Como si me hubiera dividido en dos y una parte de mi estaba parado en el escenario haciendo tonterías y la otra empezando lo que fui a hacer, con la diferencia que no solo comenzó, lo termino y no era yo.

Recuerdan cuando iban a las tiendas de departamentos, y ven ese juguete que tanto quieren, cuando están por llegar a él, para tenerlo entre sus manos, otro niño más rápido y astuto que tú lo coge y se lo lleva a su papa, ves como se acerca a la caja y paga por él. Hagamos una pausa aquí, y ese sentimiento de decepción, pérdida, molestia con uno mismo, fue muy parecido a lo que corrió por mis venas en ese momento tan especial. Cuál sería la reacción más apropiada en ese momento, la más acertada, la más madura; pues esa no es la respuesta. A los 16 años la respuesta más cuerda no es la correcta, así que tomemos como guía el hecho que no fui muy acertado esa noche.

Que paso en eso minutos, no lo recuerdo, lo siguiente que veo en mi mente es la larga acera de esa calle, ni un solo carro y mi mente en blanco. Solo puedo comparar ese momento cuando me pegaba a la nada después haber ingerido alguna dosis de sustancia ilegal. Camine durante mucho tiempo, tratando de pensar en algo, lo único que había en mi mente esa noche eran 2 cosas, ¿Por qué? Y ¿Cuánto es la distancia a mi casa? Fue un largo camino, sin cigarros y con muchas cosas en mi cabeza, cuando estaba llegando a esa esquina donde debía voltear a la derecha, recordé el caramelo de limón, esa dulzura me recordó que tenía que afrontar las llamadas por teléfono ese día mas tarde y al inicio de la semana tenía que ser el tema de conversación por algún tiempo, lo peor de todo es que esa noche y esa caminata tenia un final.

Aun ahora que puedo ver las cosas con más calma, es una de esas situaciones en las que sigo sin tener una respuesta. Me refiero al porque y al cómo reaccionar, sea como sea seria el hazmerreir por un buen tiempo, una lástima.

Como se paso a otro tema y todo volvió a la normalidad, no lo sé, la verdad no sé ni porque puse esta situación en ese libro que escondo, claro sumémosle muchas cantidades de Corín Tellado, y si esperaban un final más lucido y revelador bueno no lo hay.

Aunque puedo agregar que llegue algo temprano ese día a casa, y en vez de irme a dormir, me quede mirando la nada, solo tratando de pensar en algo. Así como si quisiera hacerme el interesante para el vacio que me acompañaba esa noche/madrugada, en el jardín de mi casa. Cuando vi la primera luz del día, solo me pare y me fui aparentando que recién llegaba, la primera estocada que tuve, fuerte, rápida, dolorosa e interesante.

¿Si retrocedería el tiempo cambiaria ese momento? No, ese día fue un buen momento, aprendí algo ese noche, aprendí que todo ese sentimiento se puede plasmar en una hoja de papel, y luego de casi 14 años después, puedes usarlo como una entrada a un blog.

jueves, 11 de agosto de 2011

Pisadas en BAM BAM

Generalmente cuando vas por ahí, siempre tienen una sombra, pero mas que eso la sensación de ese ente que te escucha, te aconseja y comparte pasos contigo. Pero la vida es tan cruel que por lo general te fuerza el ir por diferentes caminos y así como dejas de creer en Peter Pan y jugar con tus juguetes favoritos, vas avanzado a pasos agigantados olvidándote de todo lo de atrás, inclusive a sentimientos que no deberías porque te dieron mucho en el pasado.

Si contáramos las pisadas que te llevan de Monterrico al Ovalo de Higuereta, nos alcanzaría para escuchar 2 historias, 2 reproches, 20 consejos, 30 sugerencias y un casette de The Cranberries. Para luego terminar como observador en una partida de KOF (juego de peleas con una gran cantidad de episodios); pareciera que las palabras no se acaban y las historias menos, siempre hay un detalle por ahí que compartir, y como siempre moldeando las verdades de la mejor manera posible para sonar mas interesante de lo que la realidad suele ser. Un mal que acompaño por mucho tiempo y trajo mas de un problema.

Quizás debiste irte de ese colegio el mismo año, quizás debiste tomar la misma decisión. Pero todo eso queda en un signo de interrogación, no es bueno mirar atrás y arrepentirte, ya que esas decisiones te llevaron a donde estas ahora, que es en resumen FELIZ.

Regresando, cuando las cosas te llevan a tener que soportar reproches y lagrimas, siempre que volteabas encontrabas esa compañía. Y al final de las cosas nunca estabas solo, aunque te gusta decirlo porque crees que es COOL, la verdad es que si lo empiezas a ver desde otra perspectiva la mayoría de veces, el compartir fue mas acompañados de pasos y distancias largar que en una sala viendo TV o comiéndote la comida de refrigerador.

Al final aunque parezca difícil de imaginar, terminas dando la vuelta a la derecha, dejando el camino que solías seguir. Curiosas definición, ya que una de las cosas que recuerdo es una fría noche, preocupado porque no había mas de una moneda en el bolsillo que no alcanzaba para nada. El resto de dinero dentro de nosotros en cantidades industriales de vino, una distancia demasiada larga por recorrer y toda la madrugada para hacerlo. Avenidas, calles, silencio; caminando con la cabeza agacha buscando algún milagro de encontrar alguna moneda mas. Al final yo seguí de frente y tu PEPE GRILLO volteo a la izquierda.

Ahí empezó a crearse la maldita distancia, poco a poco se fue agrandando y nadie hizo nada para evitarlo, la comodidad de las cosas te ponen como el letargo y te olvidas de todo, simplemente sigues con tu vida como venga.

Cuando despiertas, te das cuenta y tratas de remediarlo, pero difícil de lograrlo; es mas continuas andando y empiezas a formar tu vida, tu familia y olvidas al resto. Aquello que te acompaño a todos lados, se quedo guardado en al baúl de los recuerdos, a pesar de que te pones ese polo negro Quicksilver que no es tuyo, y no recuerdas ni que día te lo apropiaste.

Y llega el día, uno de los mas importantes de tu vida, con tanto por hacer y pides que entreguen la tarjeta de invitación; lo dejas ahí y no preguntas si lo hicieron. Cuando te das cuenta, esa tarjeta sigue ahí llenándose de polvo y cuando tratas de contactar al propietario es imposible. Mal, muy mal deberías quemarte en el infierno de los ingratos, si es cierto, y no hay excusa que valga.

Estuvo ahí, desde la Calle Tomasal a el Trigal, a Calle 3, a Higuereta a Miraflores, al BAM BAM. Pero la pregunta es ¿puedes olvidarte de todo eso? A pesar que seas el rey de los ingratos y desconsiderados, difícil. Al final regresas, porque así como tienes una almohada favorita, un lugar en tu sofá y un disco que le das y das vuelta, buscando una conexión en la letra con tu vida. Tienes un oído favorito, un compañero de caminatas y amigo que es parte de esa jauría a la que me gusta llamar Los 4 Fantásticos, aunque difícil se le vea al Sr. Invisible, se que esta ahí.

lunes, 8 de agosto de 2011

Frío en la nariz

El invierno suele ser crudo, oscuro y difícil de predecir. Quizás es porque hay mucho de nada, y algunos podemos controlar los arrebatos del viento helado con fuerza de voluntad. Pero en mi caso, particularmente, puedo saber que estoy perdiendo esa batalla cuando se me congela la nariz, y me cuesta mas de lo normal llegar de un punto a otro.

A pesar de eso, mas de una vez salí a caminar de noche, escapando del mundo donde estaba parado, quizás queriendo saber porque estaba dispuesto a permitirme una vez mas ser humillado, o simplemente estaba huyendo de serlo. Mil veces vi la luna llegar e irse y yo con un cigarro en la boca, en ese momento fumaba, pensando tontamente que cada bocanada me daría ese calor que durante mucho tiempo fue esquivo.

Mil veces me dijeron que no lo hiciera, que era peligroso salir por ahí con algún grado de alcohol nada recomendable en la sangre, caminar por calles y esquinas que no conocía donde solo utilizaba la brújula interior que en mi cuerpo esta bien desarrollada. Y es posible que tuvieran razón, gracias a la suerte de mi vida, nunca nada malo paso, a lo máximo un reloj robado en alguna calle de Barranco, dicho sea de paso recorrí el fin de semana, claro le faltaba cierto olor a humo prohibido saliendo de mi cuerpo.

Pero donde están todos esos recuerdos, pensamientos que alguna vez me dije, tengo que anotar esto, y la verdad nunca hice. Quizás por miedo a leer lo que puedo llegar a crear en mi mente o por que no tenia una pluma en ese momento. Bueno el punto es ese, tratare de hacer un retroceso en mi cerebro, rebobinar y recordar cada paso, cada letra de esa época que extraño pero no quisiera volver. Alguna vez quise escribir un libro, hice uno pero la verdad, nada agradable, me da gusto que este ahí guardado esperando a que se lo coman las polillas; hoy solo intento sacar de mi cabeza esas palabras y compartirlas con quien quiera ser parte de una historia, gramaticalmente errónea, linealmente incoherente.

Porque en este blog, esta completamente de cabeza, si en el mundo real, vives y mueres, pues aquí es lo contrario. Hubo una vez un Muerto Fresco que cerro la puerta y fue de Ozo a lo que es hoy...