miércoles, 7 de septiembre de 2011

Aventuras de un Loco, un Lobo y Un Muerto. "El Hola"

Recuerdan cuando lo único que importaba era levantarse e ir a estudiar, bueno cuando tienes 20, crees que es lo más duro que puedes hacer, 10 años después te das cuenta que eras un vago. Aun así ese día la emoción era más grande que el sueño, a pesar que ni mis padres estuvieron ahí, me levante bien temprano y me dirigí a probar que el ver mis cuadernos desordenados, el no hacer nada en clase, y emborracharme los fines de semana; tendría su fruto.
Recuerdo clarito lo primero que oí, “solo lápiz Nº 2”, entre buscando a mis amigos que conmigo ese mismo día se levantaron temprano para ir a la avenida Javier Prado s/n en Monterrico, pero al girar un par de veces mi cabeza, solo vi muchos chicos como yo, con cara de miedo y desesperación. A pesar que los siguientes 3 años me la pasaría de arriba y abajo con esos 2, ese día ni los vi, o si lo hice no me acuerdo.

No me voy a pasar contando de que vino el examen, aunque quisiera no me acuerdo. Lo importante es que ese día mas tarde, fui a ver los resultado, ¿con quién?, bueno con ese ratón que a pesar de no compartir salones, ni colegio, era un gran amigo. Para mi gran sorpresa, vi mi nombre en esa lista; claro con la pequeña diferencia que tenía que llevar en la PRE el curso de matemática, más bien Razonamiento Matemático, para ese entonces comprensible. Yo era más de letras, hoy la irónica vida me llevo a ser un Financiero.

Bueno, ese día, antes de las 4 cajas de cerveza de celebración, creo y estoy casi seguro que vi a ese loco de m, viendo la misma lista que yo.

Tres meses después, llegue a ese local al final de la avenida Constructores, no conocía a nadie y me nivel de relacionamiento era tan bueno como un perro cazando a un ratón. El primer día, nada, la carpeta del fondo a la derecha, cerca de la puerta. Día dos, nada; así una semana para luego, mi fino olfato me llevo a contactar a ese chico que cuyo nombre no tengo en la cabeza, un surferito de esos que les gustaba preparar sus propios cigarros. Lo curioso es que junto a él estaba un Lobo, y llegaba detrás de ellos un Loco, que luego supe que era un Loco de M.

Un parque por ahí cerca fue el encuentro, recuerdo que ese Loco empezó a contar que le gustaba la peleas de Pitbulls, en mi cabeza pensé que eso era lo más horrible que había escuchado. Aun así, asertivamente me mantuve en la conversación, ese día fue el día 1 de toda mi vida universitaria. Junto a ese Lobo, al Loco de M. y a ese chato que conocí luego.

Como te llevan las decisiones a encontrarte con esas personas que marcarían tu vida, y que serían parte importante de lo que llegaras a ser luego, si me hubiera quedado con esos 5 chicos del colegio, hoy sería otro, quizás el mismo idiota. Quizás y cada día que pasa, a pesar que deje de ver a esos 2, o 3 o quizás más de 5 chicos del mismo colegio religioso, al que un día mi madre pensó ponerme, fueron los amigos más sinceros que tuve.

Tendría que escribir toda la noche para contarles muchas cosas que hicimos en ese local de Mayorazgo, como nuestro intento fallido de inundar el baño del último piso, el día de lanzamiento de mochilas, etc. Lo más importante fue durante esos meses, el “yo” colegial empezó a morir, ellos lo fueron matando, esos San Agustinos. Lo más gracioso de todo es que cuando lo lograron, en vez de revivirme como una persona completamente nueva, me mantuvieron así. Simplemente como un muerto viviente, un “Muerto Fresh”.

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